Título: Nadie me entiende
Autor: Silvia Diez y Mónica Cunill
Editorial: Luciérnaga
Primera edición: 2013
Número de páginas: 176
Precio: 8,95€
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*Foto de Google. No tengo el libro físico* |
Argumento
Sara acaba de perder a su hijo en un accidente de coche, una pérdida que
afronta con la ayuda de su terapeuta. En esta novela atravesamos con ella el
dolor y el miedo que despierta la pérdida hasta abrazar la celebración de la
vida que esta nos trae. El libro desgrana el proceso de duelo y sus etapas. Pero,
además, se erige en una reflexión amena y profunda sobre el significado de la
vida y de la muerte.
Personajes
Sara: protagonista de la historia. Después de
perder a su hijo va dando charlas en diferentes puntos de España porque quiere
ayudar a otra gente que pasa por su misma situación.
Sergio: exmarido de Sara. No soportaba que su
mujer hablara todo el día de su hijo ni que diera charlas sobre él y decidieron
separarse. Él necesita no hablar del tema y hace como si su hijo no hubiera
existido.
David: hijo de Sara y Sergio. Muere en un
accidente de coche a los 21 años al ir de fiesta con unos amigos para celebrar
sus buenas notas.
Laura: psicóloga de Sara. Juntas van haciendo
camino para que la mujer pueda superar la pérdida pasando por todas las fases
del duelo.
Opinión personal
Como mucho ya sabréis si me leéis desde el principio, estudio psicología en
la universidad. Este año estoy cursando una asignatura sobre la muerte, cómo
puedo ayudar a alguien que ha perdido a un ser querido y debe pasar por el
duelo sin que éste se vuelva patológico. Así pues, en esa optativa, me han
recomendado leer este libro (escrito por mi profesora).
Así pues, me esperaba que fuera un manual como tantos otros que me han
recomendado leer. Un libro dónde te explica el proceso del duelo, cómo superar
la muerte de alguien que amas, la forma más fácil para superar el dolor, etc.
Pero no. Trata todos esos temas pero desde una perspectiva diferente. Es una
novela dónde Sara, la protagonista, ha perdido un hijo de 21 años en un
accidente de coche. Vivimos la historia a través de sus ojos y pensamientos, ya
que está escrita en tercera persona pero con un narrador omnipresente que lo
conoce todo.
Sara, después de asistir a sus sesiones de terapia con su psicóloga para
superar el dolor que siente, de las cuales vamos conociendo poco a poco gracias
a los flashbacks que hay por la historia, ayuda a otras personas a pasar por
ese sufrimiento. Lo consigue a partir de conferencias por diferentes puntos de
España (Valencia, Barcelona, Santiago de Compostela y Sevilla). Cada conferencia
es un capítulo. A parte, hay otros capítulos donde nos muestran otras facetas
de la muerte, y dos se centran en la experiencia de Marta (hija de Sara) y
Sergio.
Después de haberlo leído puedo decir que es una historia muy fácil de leer,
no se hace pesada en absoluto y da temas con los que reflexionar. La muerte es
tabú en la sociedad donde yo vivo y parece que hablar de ella es un mal
augurio, cuando lo real es que es necesario darle importancia porque es la
única cosa que nadie puede evitar. Esta novela me ha hecho replantearme ciertos
aspectos de mi vida, de mi relación con la muerte.
Recomiendo este libro a todo el mundo, os hayáis cuestionado sobre la
muerte o no, porque dice muchas verdades y permite que nos demos cuenta de
muchas cosas. Es rápido de leer y corto, así que no quita mucho tiempo de
nuestras vidas pero aporta muchísimo, a mi parecer.
Fragmento favorito
El
cuento dice así. En tiempos de Buda murió el único hijo de una mujer llamada
Kisagotami. Kisagotami no podía soportar la idea de no olver a verlo. La mujer
dejó el cadáver de su hijo en la cama y le llró durante muchos días implorando
a los dioses morir a su vez. Como no encontraba consuelo, empezó a correr de
una persona a otra en busca de una medicina que la ayudara a seguir viviendo
sin su hijo o, de lo contrario, a morir con él. Le dijeron que Buda la tenía.
Kisagotami fue a ver a Buda. Le rindió homenaje y le preguntó:
-
¿Puedes preparar una medicina que mate
este dolor o que me mate a mí para no sentirlo?
-
Conozco esa medicina. Pero para prepararla
necesito ciertos ingredientes.
-
¿Qué ingredientes? –preguntó la mujer.
-
El más importante es un vaso de vino
casero –dijo Buda.
-
Te lo traigo ahora mismo –dijo Kisagotami.
Pero
antes de que ella desapareciera por la puerta, Buda añadió:
-
Espera, mujer. Necesito que el vino venga
de un hogar donde no haya muerto ningún niño, cónyuge, padre o sirviente.
La
mujer asintió y sin perder tiempo recorrió el pueblo casa por casapidiendo el
vaso de vino. En cada casa que visitaba siempre repetía la misma pregunta: “¿Ha
muerto alguien aquó: algún padre, cónyuge, niño o sirviente?”. Todo el mundo
estaba dispuesto a regalarle el vino, pero al preguntar si había muerto
alguien, ella encontraba que todas las familias habían sido visitadas por la
muerte.
En
una vivienda había muerto una hija. En otra, un sirviente. En la siguiente, un
marido. En algunas casas eran los padres los que habían fallecido. Kisagotami
no pudo hallar un hogar donde no se hubiera experimentado el sufrimiento de la
muerte. Al darse cuenta de que no estaba sola en su dolor, la madre se
desprendió del cuerpo sin vida de su hijo y fue a ver a Buda. Se arrodilló ante
él y le dijo:
-
Gracias. Comprendí.
Para acabar, os hago
unas preguntas que utiliza Sara en una de sus conferencias:
¿Qué es para ti la muerte?
¿Qué sientes cuando piensas en ella?
Si pudieras ponerle un rostro, ¿cuál sería?
¿Cuál es la versión positiva de la muerte para ti?
Ya lo he anotado en mi lista, te diría que espero leerlo pronto pero sería mentira, tengo como mil libros por leer jaja pero sí espero poder conseguirlo pronto jaja aunque los libros acá son carísimos :( bueno en todos lados
ResponderEliminar¡Hola!
EliminarTengo la sensación que este solamente lo encontrarás online y que será más barato. No es un libro como tal. Es una novela pero no se parece a las demás por lo que cuento arriba, cada capítulo es una conferencia (lo que ella dice, lo que piensa, lo que ve, lo que le responden los oyentes, etc.).
No es nada aburrida, su facilidad de lectura y sus pocas páginas consiguen que lo leas en un suspiro. Aunque claro, también hay momentos que hace reflexionar.
Está muy bien, a mi me ha gustado. No tenía demasiadas ganas de leerlo porque me parecía que sería aburrido y por suerte, nada que ver.
¡Un abrazo!